7/27/2015

Tenía unos ojos. Dos, para ser exactos. Como todo el mundo, supongo. Pero qué ojos. Qué manera de iluminarlo todo. Era un lunes, y lo convertía en viernes. Era septiembre, y parecía navidad. Con regalos. O te rescataba del verano y te llevaba a una ciudad centroeuropea, donde no hacía calor, y todo era bonito a tiempo completo.
Pero no quiso viajar conmigo. Por suerte. Los dos sabíamos que me iba a hacer daño. Mejor así.
Que me duela sin llegar a tenerla.

7/09/2015

Amar

julio, 2015

Amar, 
Es la puta idea suicida de no saber porqué me gustas tanto 
Es olvidarse que hay un mundo más allá de tu frontera
Amar, 
Es vivir de prestado hasta que llegue tu boca a este 4º piso sin ascensor 
Es jugar a ser poeta con tu recuerdo, en vez de salir a emborracharme 
Amar, 
Es esta irracional forma de echar de menos hasta que duelen los pulmones 
Es que en ningún libro de medicina aparezca lo que me pasa 
Amar, 
Es que duela la marea porque tú no estás en ella 
Es descubrir que ser libre no es lo mismo que ser feliz 
Amar, 
Es que yo no fuera lo que estabas esperando, ni tú lo que yo estaba buscando, 
y que por eso, precisamente por eso, nos acabáramos encontrando. 
Amar, 
Es pedirte que dispares a mis párpados. 
Porque los prefiero muertos, antes que la idea suicida de no volver a verte.

3/24/2015

Es jodido. Caminar bajo esta lluvia,
con las botas que nunca te gustaban.
Es sábado, y hay trozos de vida aparcados en doble fila,
esperando a que alguien pase a buscarlos.

El pasado es una calle de Huertas,
de esas donde nunca llega el sol,
y menos en esta primavera,
que ha salido con tendencias autosuicidas.
Tú citas a Cortázar,
" a veces uno amanece con ganas de extinguirse, Rocamadour."
Y si algo queda claro es que extinguirse suena a excusa perfecta,
sobre todo si son tus ojos afilados
los que maúllan desde un octavo piso.

3/07/2015

Me dijo "para siempre".
Y así fue.
Hasta que se acabó.
Y entonces le prometí
que no lo volvería a hacer
al menos hasta la próxima vez.

2/10/2015

Lo peor es el día que llega el olvido

Al principio
te duele sobre todo saber
que no volverás a verle nunca más.
Piensas que ningún dolor puede ser más grande.
Pero un tiempo después te das cuenta de que no.
De repente, descubres un día que apenas le recuerdas.
Ya no tienes en la mente cómo era,
ni su voz al otro lado del teléfono,
ni su olor, ni la forma que tenía de llamarte.
Y en ese momento te puede el miedo (otra vez),
porque problemente es el día en que de verdad muere una persona.
Pero no, eso no dejaré que ocurra.
Esta vez sí lo puedo evitar.